
🔸 Dentro de su texto, Monreal Ávila señaló que la gente se escribe más de lo que se escucha, lo que al final tiene diversas y muy variadas consecuencias.
#CDMX | El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, emitió una reflexión a través de sus redes sociales en donde asegura que hoy el mundo está más comunicado que nunca, pero a la vez se escucha menos.
Así es, es uno de sus documentos ya acostumbrados, el político originario de Zacatecas se refirió a la comunicación entre las personas, bajo la premisa de: ¿por qué ya no hablamos por teléfono? De acuerdo al miembro de Morena, hace unos días, revisando la agenda su agenda, se dio cuenta que llevaba más de una semana sin hablar por teléfono con alguien fuera del trabajo.
En su lugar había correos, mensajes por WhatsApp, grupos de coordinación, notas de voz, notificaciones…, pero ninguna llamada real. Ninguna conversación en tiempo real que no fuera parte de una reunión o una obligación formal.
En ese momento, apuntó el político, “recordé algo que parece de otra época: las llamadas largas con amigos de la universidad; los reportes a casa cuando estaba de gira en campaña; la emoción —y, a veces, la ansiedad— que provocaba escuchar el timbre de un teléfono fijo. Hoy, todo eso parece lejano. Seguimos en contacto, claro, pero ¿realmente conversamos? ¿Realmente nos estamos comunicando? ¿Realmente nos tomamos el tiempo de fraternizar mediante una llamada?”.
Lo anterior sirvió para reflexionar que en su tarea como legislador, una parte esencial de su labor es el diálogo, y sin embargo, incluso en la política —donde se supone que hablar es parte del oficio—, se ha ido cediendo terreno al mensaje corto, al emoji, al comunicado sin rostro.
Dentro de su texto, Monreal Ávila señaló que la gente se escribe más de lo que se escucha, lo que al final tiene diversas y muy variadas consecuencias.
Vivimos en la era de la inmediatez. Todo debe ser rápido, conciso, funcional. Llamar por teléfono se ha vuelto casi una molestia. “¿Por qué no me escribes?”, pensamos cuando alguien nos llama, pero la pregunta más honesta debería ser: “¿por qué me incomoda tanto hablar?”, reflexión que recojo de una observación diaria y una sensación generalizada”, explicó.
Lo que está en juego añadió, “no es solo una costumbre generacional, es algo más profundo: el valor que le damos al tiempo del otro. Una llamada requiere presencia total, atención plena a la otra persona, porque de lo contrario se nota de inmediato. No se puede contestar mientras uno revisa correos, no se puede poner en pausa mientras se responde a tres grupos de trabajo. Hablar por teléfono exige atención, y la atención se ha vuelto un recurso escaso”.
Entre otras reflexiones, el zacatecano mencionó que también existe un factor emocional, pues en una llamada no hay filtros, ya que no se puede editar lo que dice ni borrar lo que se siente.
Nuestra voz nos delata; por eso evitamos ciertas conversaciones. «El silencio en una llamada pesa más que cualquier punto suspensivo, y quizá, en una sociedad en la que todo se calcula, el riesgo de mostrarnos vulnerables nos resulta incómodo”, sentenció.
Para cerrar, Ricardo Monreal explicó que no propone una cruzada nostálgica contra la tecnología, pero sí una pausa para pensar en cómo nos estamos comunicando y qué estamos perdiendo en el proceso.
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