🔸 Las protestas derivaron en enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, en un contexto de tensiones persistentes tras la caída del régimen de Bashar al Assad.
#INTERNACIONAL | Enfrentamientos estallaron este domingo en la costa de Siria entre manifestantes de la minoría religiosa alauita y contramanifestantes, a dos días de un atentado con explosivos en una mezquita alauita de la ciudad de Homs que dejó ocho personas muertas y al menos 18 heridas durante las oraciones.
Miles de personas se congregaron en las ciudades costeras de Latakia y Tartous, así como en otros puntos del país. Las autoridades informaron que las investigaciones preliminares indican que se colocaron dispositivos explosivos dentro de la mezquita atacada el viernes, aunque hasta el momento no se ha identificado públicamente a ningún sospechoso. Los funerales de las víctimas se realizaron el sábado.
Un grupo poco conocido que se hace llamar Saraya Ansar al-Sunna se atribuyó la responsabilidad del atentado mediante un comunicado difundido en su canal de Telegram, en el que afirmó que el objetivo eran miembros de la secta alauita, una rama del islam chiita considerada apóstata por grupos islamistas radicales.
Las manifestaciones del domingo fueron convocadas por Ghazal Ghazal, un jeque alauita que reside fuera de Siria y encabeza el Consejo Islámico Supremo Alauita en Siria y la Diáspora. En Latakia, un fotógrafo de The Associated Press presenció cómo manifestantes progubernamentales lanzaban piedras contra los alauitas, mientras que un contramanifestante fue golpeado al cruzar hacia el otro bando. Las fuerzas de seguridad intentaron separar a los grupos y realizaron disparos al aire para dispersarlos.
Medios estatales informaron que dos miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos en la zona de Tartous tras el lanzamiento de una granada contra una comisaría, y que vehículos oficiales fueron incendiados en Latakia. Aunque se reportaron personas heridas durante los disturbios, no se precisó el número total.
Siria ha vivido varias oleadas de violencia sectaria desde la caída del expresidente Bashar al Assad en diciembre de 2024, tras una ofensiva relámpago de los rebeldes que puso fin a casi 14 años de guerra civil. Al Assad, de origen alauita, huyó a Rusia. En marzo, una emboscada de sus partidarios contra fuerzas de seguridad detonó días de violencia que dejaron cientos de muertos, en su mayoría alauitas.
Desde entonces, aunque la situación general se ha estabilizado, la comunidad alauita ha denunciado ataques esporádicos, discriminación en el empleo público y detenciones de jóvenes sin cargos formales. Durante el régimen de la familia Al Assad, los alauitas estaban sobrerrepresentados en puestos gubernamentales y en las fuerzas armadas.
Funcionarios del gobierno de facto, encabezado por el ex líder yihadista Ahmed Al Sahraa, condenaron el atentado del viernes y prometieron llevar ante la justicia a los responsables, aunque hasta ahora no se han anunciado detenciones.
