🔸 El ex futbolista jugó por primera vez en Selección Mexicana en un amistoso ante Uruguay; es el tercer máximo anotador con 38 goles.
#DEPORTES | La historia de la selección mexicana no sería la misma sin Cuauhtémoc Blanco Bravo, uno de los mejores jugadores que han vestido la playera verde, y a 30 años de su debut con el Tricolor, destaca en los registros como el tercer máximo anotador del combinado nacional con 38 goles y como un ídolo para la afición.
La primera vez que portó los colores de México, fue el 1 de febrero de 1995, para encarar un partido amistoso contra Uruguay en el Estadio Jack Murphy de San Diego, California; a la edad de 22 años, mostraba su talento con el Tricolor.
El partido se vivió con intensidad, algo cotidiano cuando se miden selecciones como la de México y la Garra Charrúa; en el banquillo nacional se encontraba Miguel Mejía Barón, quien depositó su confianza en Cuauhtémoc Blanco para disputar el juego como titular y sin salir de cambio.
Este amistoso, lo ganaron los verdes con una solitaria anotación de Eustacio Rizo; Blanco se presentó con buenas sensaciones, pero no solo él debutó ese día, pues Luis Hernández, el Matador, también se estrenó como tricolor; él entró de cambio y el resto es historia, pues con 35 goles, se instala por debajo del Cuau como máximos romperredes de la selección nacional.
En la lista de los máximos goleadores, Javier Hernández sobresale con 52 tantos; le sigue Jared Borgetti con 46 dianas y después viene Cuauhtémoc Blanco con 38. En diversas ocasiones se echó el equipo al hombro, tal como lo hizo en el América, el club que lo vio nacer y fue pieza clave para grandes hazañas con la selección mayor.
Defendió los colores de México en tres Mundiales: Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010, marcando en las tres justas; a la fecha, es un símbolo de lucha, pasión y folclor.
La Copa Confederaciones de 1999, fue uno de sus torneos más memorables, cuando con su gol en la final ante Brasil, lideró a la selección en la histórica conquista del prestigioso certamen, un título que catapultó el nombre de México a nivel internacional y que impulsó la carrera del Cuau.
Logró nueve goles en Copas Confederaciones, cinco en Copas América y cuatro en Copas Oro. Su peculiar estilo, fiel al futbol del barrio, vio nacer la famosa Cuauhtemiña, que no era solo una jugada, sino una declaración de creatividad y técnica, la cual ponía a celebrar a toda la afición mexicana.
El momento más complicado de su carrera lo vivió con el uniforme tricolor, pues el 8 de octubre del 2000, sufrió una rotura de ligamento cruzado en la rodilla derecha, justo en su mejor nivel, cuando jugaba para el Real Valladolid; esto fue a consecuencia de una barrida infame de un jugador de Trinidad y Tobago.
Su metamorfosis en su recuperación le dio para volver y construir a un nuevo Cuauhtémoc. Su retiro del combinado nacional se dio oficialmente el 28 de mayo del 2014, ante Israel, en la cancha del Estadio Azteca, rumbo al Mundial de Brasil.
En el Mundial de Francia 1998, le marcó un golazo a Bélgica con un remate de fantasía de pierna izquierda: “fue de churro”, confesó años después.
El Estadio Azteca fue testigo de la escalofriante lesión que sufrió en el 2000, en un juego entre México y Trinidad y Tobago.
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