La escritora mexicana fue reconocida en la categoría de Memoria por su libro El invencible verano de Liliana, que combina memoria, periodismo de investigación feminista y biografía poética
La escritora mexicana Cristina Rivera Garza (Matamoros, 1964) obtuvo ayer el Premio Pulitzer 2024, en la categoría de Memoria, por su libro El invencible verano de Liliana, publicado en 2021 y reconocido por combinar memoria, periodismo de investigación feminista y una biografía poética desde la pérdida.
El libro –que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores (2021) y dos años después fue traducido al inglés por el sello Hogart– recupera el feminicidio de Liliana Rivera Garza, hermana menor de la escritora, ocurrido el 16 de julio de 1990, cuando era una joven estudiante de arquitectura en la UAM-Azcapotzalco.
Entonces ella intentaba finalizar la relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir, hasta que unas cuantas semanas antes de la tragedia Liliana tomó la decisión definitiva: lo dejaría atrás y comenzaría una nueva vida, cursaría una maestría, un doctorado y viajaría a Londres. Pero la decisión del feminicida fue que ella, de 20 años, no tendría una vida sin él.
Es casi medianoche en Berlín, pero Cristina Rivera Garza envía algunos mensajes para compartir su sorpresa y su felicidad. “Es una noticia absolutamente inesperada que me pone muy feliz; es un premio tanto mío como de mi hermana, más de mi hermana que mío, diría yo”, expresa con la voz contenida.
Y agrega: “Pienso que es un premio que por todo derecho le pertenece a Liliana y me gustaría pensar que todas las familias que han perdido a mujeres queridas, a causa de la violencia letal de género, que es el feminicidio, ojalá que se sientan abrazadas con este reconocimiento, que sepan que seguimos trabajando por mantener la atención de vida sobre esta situación tan grave”, expresó la autora de Verde Shanghai y El mal de la taiga.
Por otra parte, Cristina celebra que el nombre de su hermana llegará a otras latitudes. “Me da mucho gusto pensar que el nombre de Liliana va a llegar más lejos todavía, que va a viajar más, como otra manera de demostrar que la violencia que acabó con ella y que acaba con tantas mujeres, finalmente, tiene su límite. Me gustaría pensar que el nombre de Liliana y que su experiencia, como el de tantas mujeres, la vamos a recordar por más tiempo, y que los nombres de esos feminicidas que se aprovechan de un mundo estructuralmente desigual… terminarán donde deben estar: en la infamia”.
Además, se pregunta si el peso de este galardón será lo suficientemente fuerte como para invitar a la acción a quienes tienen en su mano el sistema de justicia en México. “Ojalá que esta atención que recae sobre El invencible verano de Liliana sea lo suficientemente grande como para invitar a la acción al personal de Mandamientos Judiciales de la Fiscalía de la CDMX, donde, desde hace más de dos años, están los papeles de la investigación que, como tantas familias en México, mi familia y yo llevamos a cabo acerca del presunto feminicida Ángel González Ramos y su posible muerte con el sobrenombre de Mitchell Angelo Giovanni, ocurrida al sur de California el 2 de mayo de 2020.
“Toda la información está ahí. A Mandamientos Judiciales le tocaba y le sigue tocando confirmar si Angelo Giovanni, que murió en Marina del Rey, es, en efecto, Ángel González Ramos, sobre quien todavía pende una orden de arresto válida. Ojalá que la atención que generan estos premios llegue hasta esas oficinas y decidan hacer su trabajo”, asevera.
“Como bien sabemos, una de las múltiples razones por las cuales siguen existiendo feminicidios es por el porcentaje tan alto de la prevalente impunidad.
Mientras tanto, Rivera Garza reconoce que aún falta mucho por hacer en el terreno de la justicia. “Un feminicida en México sabe que tiene una gran probabilidad de salirse con la suya y de que no le pasará nada. Además, sabe que con frecuencia puede contar con la complicidad de familias, amigos y compañeros de trabajo que, en lugar de denunciar, se harán de la vista gorda y preferirán no comprometerse con una exigencia común de justicia”, lamenta,
Pese a todo insiste en la importancia de enfatizar que quienes escriben y extrañan a las mujeres cooptadas por la violencia participan de otra forma de justicia, una que tiene que ver con la memoria colectiva y con la verdad.
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