A lo largo de sus 8.8 kilómetros de longitud, la construcción del Puente Vehicular Nichupté en Cancún, cumple con todos los requerimientos de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) dispuestos por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El proyecto es considerado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes como el programa de restauración ambiental más grande realizado en su historia, al contar en tiempo y forma con una MIA aprobada sobre las 4 hectáreas en que se desarrolla la obra, a cambio de una compensación ambiental de 306 hectáreas.
Para garantizar dicho cumplimiento, ingenieros mexicanos utilizan innovadores sistemas y procedimientos técnicos, como el uso de un sistema denominado top down y de cámaras subacuáticas, lo cual permitió dar claridad al proyecto para que este fuera funcional.
En cuanto a la técnica, la SICT elaboró estudios geológicos, geotécnicos, geofísicos e hidrológicos que sirvieron de base para la elaboración de un anteproyecto, así como la construcción de muelles para ingreso de maquinaria y elementos prefabricados a la laguna.
El sedimento lagunar que se ha removido y liberado como resultado de la perforación para instalar columnas y soportes necesarios para la realización de la obra, es producto o materia orgánica en descomposición y no “sustancia tóxica”.
La estrategia seguida permitió, además, detectar con toda oportunidad en un tramo de la ruta del puente, la existencia natural de una profunda y enorme caverna en el lecho de la laguna, que obligó a la construcción intermedia de un puente en arco prefabricado.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales acordó llevar a cabo medidas de compensación con la reforestación de hectáreas y la realización de drenajes que permitieran regenerar el mangle.
Asimismo, se logró salir adelante con las ONGs (Organización No Gubernamental) en materia ambiental y se realizó el programa de restauración ambiental a cargo de la SICT.
El hallazgo de una caverna natural de 67 metros de diámetro y una profundidad imposible de determinar por el equipo de SONAR, obligó a instalar pilotes reforzados para construir y montar sobre la misma ruta un puente en arco prefabricado, de 103 metros de longitud.
El Puente Nichupté reducirá de manera importante los tiempos de recorrido del aeropuerto a la zona hotelera, disminuyendo el tráfico, además en caso de desastres naturales es una ruta alterna muy necesaria de evacuación.
Contará con dos carriles de circulación y un carril reversible; una ciclovía; dos entronques, un sistema de iluminación, un puente de arco metálico y un ITS (Sistema Inteligente de Transporte).
Entre el equipo utilizado en su construcción se encuentran: seis barcazas principales con pontones; dos barcazas para armado de acero; 10 barcazas de servicio (para el movimiento de materiales), y ocho remolcadores.
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