La muestra se podrá apreciar en la galería Ñú, ubicada en Alpes 980, en las Lomas de Chapultepec.
El artista Sergio Hernández, siempre activo, comparte su arte en museos y galerías; en esta ocasión corresponde a la galería Ñú mostrar las piezas del creador oaxaqueño.
Después de su exitosa muestra en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el artista oaxaqueño ofrece “una selección de grabados de diferentes épocas, un óleo, varios dibujos, algunos intervenidos con grana cochinilla y un plomo sobre la vida de las hojas” para esta nueva exhibición, que permanecerá montada durante dos meses, a partir del 12 de abril.
Con su sello particular, se suma a la exposición Criaturas nocturnas, donde comparte espacio con Roberto del Río, gustoso de abonar con sus criaturas nocturnas que surgen en sus insomnios y sus pesadillas.
El artista explicó que reúne 44 obras, en su mayoría gráficas de diferentes temas realizadas a través de las fotografías japonesas de Provoke, que se convirtieron en mis dibujos sobre la pandemia.
Hechiceros de alquimia
Olga Micha, la historiadora y curadora de la exposición Criaturas nocturnas, apunta que la exposición presenta la obra de dos artistas a los llama hechiceros.
Ambos “crean una alquimia estética que invoca la cualidad mágica de la experiencia humana. Su obra, más cercana a la danza y a la música primitiva que a la representación figurativa de la pintura o la escultura, apela a estratos del ser humano que se sumergen en un fondo más sensible que consciente”.
En el texto de sala, Micha precisa que la combinación de las formas genera un ritmo que se recompone de infinitas maneras.
“La obsesiva insistencia con la que ambos entraman la historia y el mito a través de figuras, objetos, materiales, fragmentos, colores, datos, palabras, hacen pensar en el relato como añoranza, como utópico deseo por conservar o destruir el tiempo. Sin embargo, al hacer converger caóticamente la heterogeneidad de las referencias y mezclarlas con sus propias quimeras, la posibilidad del relato se sofoca”.
Plantea que como sonámbulos, los artistas esbozan el caos sobre el vacío.
“Introduciéndonos en el no lugar y no tiempo de los sueños. Nos encontramos ante un limbo colorido, matérico y multireferencial donde las alusiones aparecen sin eco, donde la fantasía se funde con la realidad a través de formas que desaparecen, se desconectan y se transforman.
“La obra se nos escapa de la misma manera que el tiempo se nos escurre al intentar aprehenderlo. El relato se derrama de la misma manera que el sueño se nos resbala, dejándonos de nuevo a oscuras en plena luz del día, intentando alcanzar la revelación de aquello que se oculta y que queda como espectro”.
La historiadora destaca que Sergio Hernández, con más de 30 años de carrera, es un reconocido artista oaxaqueño que ha incursionado en distintas áreas de la plástica como el grabado, la escultura, la cerámica, la pintura y el dibujo, abarcando simultáneamente elementos del arte popular y el arte contemporáneo.
Que su obra forma parte de diversas colecciones permanentes de museos como el MAM, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, el San Antonio Museum of Art, el Museum Würth Künzelau de Alemania, entre otros.
Roberto del Río, con casi tres lustros de trayectoria, es un artista mexicano autodidacta que ha explorado el sentido de los materiales superpuestos, las texturas heterogéneas y el color.
Dice la especialista que Del Río ha concentrado su proceso creativo en el uso de veladuras y estratos donde superpone capas de elementos y pintura que crean una genealogía estética evocando el sentido del mito y la historia. Su obra se ha presentado en más de 25 muestras individuales y colectivas, nacionales e internacionales.
La muestra Criaturas nocturnas se podrá apreciar en la galería Ñú, ubicada en Alpes 980, en las Lomas de Chapultepec.
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