El desabasto de agua potable en el País no sólo se debe a la sequía que padece buena parte del territorio nacional, sino a una deficiente administración de la red de abasto y a una caída en el presupuesto para infraestructura hidráulica.
Más de un millón de viviendas en México dependen actualmente de pipas para abastecerse del líquido, revela el Censo Nacional de Gobiernos Municipales, presentado por el Inegi.
Del total de casas que requieren pipas, 41 por ciento son afectadas por desperfectos en la red de distribución, un 35 por ciento por variaciones estacionales en la disponibilidad de líquido, un 21 por ciento por ubicarse en asentamientos irregulares no cubiertos por el servicio, y un 3 por ciento por desastres naturales.
De las viviendas afectadas por desperfectos en la red de agua, 24.2 por ciento corresponde al Estado de México y 19.5 por ciento a Ciudad de México.
Mientras que de las viviendas afectadas por variaciones estacionales, casi una tercera parte, 32.1 por ciento, se encuentra en Veracruz.
En un estudio publicado a finales de enero pasado, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advirtió que “la infraestructura hídrica, desde las presas hasta las tuberías y el alcantarillado, es obsoleta y presenta deficiencias en detrimento de una correcta gestión del agua”.
El IMCO había advertido previamente que en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024 se registraba una reducción de 6.3 por ciento en términos reales en los recursos destinados a inversión pública para el abasto de agua.
Por su parte, el Programa Nacional Hídrico 2020-2024 reconoce además que los prestadores de los servicios de agua potable del País, en su mayoría organismos estatales y municipales, tienen pérdidas del 60 por ciento del volumen que inyectan a las redes de públicas de abasto de líquido.
“Lo anterior tiene efectos adversos en la disponibilidad de agua y en las finanzas del sector. Por un lado, se deben extraer volúmenes de agua superiores a los necesarios para compensar las fugas y, por otro lado, no es posible equilibrar las finanzas de los prestadores de los servicios de agua y saneamiento”, apunta el Programa Nacional Hídrico.
El Censo Nacional de Gobiernos Municipales, del Inegi, señaló que los municipios reportaron 25 mil 056 obras de toma para captación de agua, siendo los pozos la principal fuente de abastecimiento, con el 76.6 por ciento.
Sólo en 37.1 por ciento de las tomas de agua utilizadas por los municipios para abastecer del líquido a la población, apuntó, se dispone de un macromedidor funcionando. En el resto no es posible medir con precisión la extracción realizada.
Y respecto a la facturación del consumo de agua de la red pública, uno de cada cinco municipios carecía de la misma.
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