La presa Valle de Bravo del Sistema Cutzamala está en su nivel más bajo, pero repleta de aguas negras, con alto contenido de coliformes fecales y bacterias tóxicas, que son vertidas al embalse por dos ríos, principalmente; el nivel de contaminación es tan alto, que ya en la planta potabilizadora Los Berros han tenido problemas para su purificación, previo envío al Valle de México, alertó el doctor Jorge Ramírez Zierold, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
“Lo que tenemos es un grave problema de vertimiento de aguas negras, aguas grises de manera constante o intermitente, pero en cantidades muy grandes. La presa Valle de Bravo del Sistema Cutzamala recibe aguas tanto de origen doméstico, aguas de drenaje, aguas negras y en algunos casos escorrentías de zonas de cultivo, lo cual agrava también la situación porque traen los excesos de fertilizantes que aplican en el campo, se lixivian y se van en las corrientes hacia la presa, un problema que se denomina eutrofización”, Ramírez Zierold, quién desde 2001, realiza el monitoreo de la calidad del agua de esa presa.
De las tres principales presas del Sistema Cutzamala de las que depende una cuarta parte del Valle de México, la presa Miguel Alemán de Valle de Bravo es la principal fuente. De los 8 metros cúbicos por segundo (m³/s) que en conjunto se envían al Valle de México, 6.8 m³/s los aporta Valle de Bravo. El embalse se alimenta de las precipitaciones pluviales y once ríos, de los que dos aportan 2.5 m³/s de contaminantes. En un recorrido, el drone de este grupo editorial pudo captar el bajo nivel de la presa color verde, alimentada con las descargas de aguas negras y grises de los ríos Tizates y Amanalco.
“El Tizates es un caudal que sigue funcionando como un drenaje a cielo abierto, es un volumen literalmente de aguas negras en continuo. El Amanalco es el mayor tributario que tiene la presa, representa el 65 por ciento del agua que recibe el embalse, como viene desde la parte alta en el municipio de Amanalco y pasa por la población de Santa María Pipiotelpec, va acumulando progresivamente tanto aguas negras, como residuos de fertilizantes de Amanalco y todo esto viene a vertirse a la presa”, resaltó.
Al corte del 12 de febrero, la presa Valle de Bravo contaba con un almacenamiento de 128 millones de metros cúbicos (Mm³), apenas el 32.5 por ciento de su capacidad, con un déficit del 52 por ciento; se trata de un nivel mínimo nunca antes visto desde que entró en operación, lo que ha permitido que además, la acumulación de contaminantes asentados a través de los años, haya salido a flote, por lo que natas de algas verdes flotan en el cauce.
“Son niveles históricos, no se había visto este 32% de almacenamiento desde aquella época donde comenzó a llenarse de agua el valle, en este momento lo que tenemos es una elevada concentración de materia orgánica derivada del vertimiento de aguas negras y son cada vez más frecuente estos florecimientos de fitoplancton.
“Tenemos no solo un grave problema por el bajísimo nivel, sino que además derivado de la acumulación progresiva a lo largo de todos estos años de materia orgánica en exceso depositada en el fondo, está siendo recirculada a través de la dinámica con el viento hacia toda la columna de agua”.
El doctor en Ciencias explicó que la eutrofización es un problema de sobrefertilización del agua, que provoca la proliferación masiva de bacterias asociadas a coliformes fecales, como fitoplancton que se nutre de nitrógeno y fósforo los cuales se encuentran en exceso en agua contaminada con aguas negras y con exceso de fertilizantes.
“El fitoplancton ha estado dominado muy frecuentemente por especies que son susceptibles de generar cepas que son capaces de producir toxinas, aquí la gravedad del asunto es que el tipo de toxinas que producen estos organismos pueden producir dermatitis aguda o daño al hígado o al sistema nervioso central”.
El biotecnólogo Eduardo Caballero, miembro del Patronato Provalle de Bravo, camino por la zona turística del embalse, donde “en la orilla podemos observar una franja muy verde, debido que es un brote de cianobacterias, que de ser tóxicas para el ser humano, pueden producir toxinas, las cuales atacan directamente al cerebro y al hígado, y que no se remueven fácilmente dentro de las plantas de tratamiento”, destacó.
El investigador Ramírez Zierold reveló que entre los años 2013 y 2014 ya se registró una contingencia, “porque estaba llegando agua a la Ciudad de México con olor y sabor terroso y eso implica la evidencia de estos metabolitos, lo que yo sugerí en su momento fue que metiera el carbón activado que de hecho ya es parte de las operaciones de la potabilizadora, entre más contaminada esté el agua mayores inversiones se requieren para quitarle los contaminantes”.
Dijo que ante los altos niveles de contaminación registrados desde años atrás, y el alto costo que implica purificar el agua, junto con el Patronato Provalle han propuesto sanear el agua desde las descargas, por medio de tecnologías basadas en la naturaleza, mediante biofiltros colocados en las desembocaduras de los ríos, usando lirio de manera controlada.
También constató que los operadores náuticos han ido desplazando sus muelles hasta 17 metros por la constante baja del nivel, debido a la sequía que no da tregua desde hace cuatro años; por lo que ell 80 por ciento de las marinas, clubes y cooperativas han dejado de laborar. Los habitantes de Valle de Bravo afirman que aunque no dependen del agua de la presa para consumo humanos,sin ella, no hay turismo, lo que repercute en todas las actividades económicas de ese pueblo mágico.
“El nivel sigue a la baja y eso pues ya está impidiendo que las marinas y todos los negocios que trabajan a la orilla del lago puedan seguir haciéndolo, con otro inconveniente de los azolves que están quedando a la vista y de las inversiones que se están dando, entonces pues es preocupante ustedes pueden ver estos terrenos que antes no conocíamos están sirviendo ahora de basureros, donde quiera vemos el lanchas botadas, abandonadas, carpas abriendo negocios nuevos, pedazos de muelles cosas se ve realmente lamentable”, dijo Esther Carrillo, miembro del Comité de Operación del Lago Valle de Bravo.
Añadió que “Valle de Bravo y sus alrededores dependen total y absolutamente de las fuentes de ingresos que genera el lago y nadie nadie ha defendido a Valle”.
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