De acuerdo con la Profepa, de 2011 a 2021 México ha experimentado 10 mil 570 emergencias químicas tales como incendios, explosiones, fugas tóxicas, radiaciones y derrame. En promedio, cada inspector de este organismo realiza solo 10 inspecciones anuales.
Fenómenos químicos ocurren en México de forma constante. Al año, más de mil emergencias de este tipo se dan en el territorio, que de 2011 a 2021 ha vivido 10 mil 570 emergencias químicas tales como incendios, explosiones, fugas tóxicas, radiaciones y derrames. En promedio, casi tres sucesos de este tipo se presentan cada día.
De acuerdo con el informe al que tuvo acceso La Verdad Noticias, las principales emergencias químicas identificadas corresponden a derrames terrestres ocurridos durante el transporte de sustancias químicas por ductos.
Las estadísticas de la Procuraduria Federal de Proteccion al Ambiente (Profepa), indican que, en lo que va del siglo XXI, Guanajuato es la entidad que más emergencias de este tipo ha registrado (2 mil 172), seguido de Veracruz (mil 802); Puebla (mil 321); y Tabasco (mil 125).
Según expone la Subprocuraduría de Inspección Industrial de la Profepa, una emergencia química se refiere a una situación no planeada e inesperada que resulta de la liberación al ambiente de una o más sustancias químicas, las cuales representan un riesgo para la población y el ambiente.
La misma Procuraduría ambiental afirma que este tipo de emergencias han ido al alza en los últimos años, y podría continuar de esta forma, debido —principalmente— al incremento del uso de productos químicos.
“En México, al igual que en el resto del mundo, el número de emergencias ambientales en donde se involucran materiales peligrosos es, desafortunadamente, cada vez mayor debido al incremento en la comercialización y uso de productos químicos”, advierte un documento técnico de la Profepa.
A pesar de que anualmente México registra más de mil emergencias químicas, para 2020 la Subprocuraduría de Inspección Industrial de la Profepa únicamente contaba con 373 inspectores desplegados a lo largo de todo el territorio, de acuerdo con información consultada por La Verdad Noticias del Catálogo Nacional de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria.
Dichos inspectores —encargados de verificar el cumplimiento de las obligaciones ambientales en materia industrial, emisiones a la atmósfera, descargas de aguas residuales, y la generación y el manejo de los residuos peligrosos— realizaron 3 mil 412 inspecciones durante 2019. De estas inspecciones, resultaron 398 sanciones por posibles faltas en el manejo de productos químicos.
Las cifras indican que, en promedio, cada inspector realizó casi 10 inspecciones al año; y aún así, en aquel 2019 se registraron mil 012 emergencias químicas que no se previeron o detectaron.
Todo esto, a pesar de que la documentación técnica de la Profepa indica que “es necesario que todas las instancias involucradas en la atención de emergencias ambientales dispongan de más y mejor información respecto de las acciones preventivas y correctivas a tomar ante este tipo de eventos”.
Ejemplos de grandes emergencias químicas en la historia de México son el caso de la mina Pasta de Conchos, en Coahuila. En el 2006, una explosión por acumulación de gases metano colapsaron varios túneles en la mina de carbón Pasta de Conchos, provocando la muerte de 65 mineros.
Años atrás, en abril de 1992, el sistema de alcantarillado del Sector Reforma, en Guadalajara, Jalisco, sufrió una explosión masiva a causa del derrame de gasolina. De acuerdo con cifras oficiales, 212 personas perdieron la vida en la explosión subterránea que se extendió hasta por 8 kilómetros en la zona.
En 1984, San Juan Ixhuatepec, en el Estado de México, registró una cadena de explosiones del tipo BLEVE (acrónimo en inglés para “explosión de vapores que se expanden al hervir el líquido”), ocurridas en una planta de almacenamiento y distribución de Petróleos Mexicanos (PEMEX). La emergencia provocó la muerte de 500 o más personas y un aproximado de 2000 heridos. Las víctimas fueron carbonizadas y asfixiadas por el gas propano. El municipio Izúcar de Matamoros, Puebla, presentó una explosión en la empresa Agricultura Nacional —dedicada a la formulación, distribución y comercialización de agroquímicos—. Aquella noche del 2010, tres contenedores de dimetoato de 130 kilogramos cada uno explotaron, provocando una nube de dicha sustancia altamente tóxica.
Más recientemente, en noviembre de 2020, 14 personas resultaron fallecidas por calcinamiento luego de que una pipa de gas LP explotara a la altura del kilómetro 106 de la carretera Nayarit-Guadalajara.
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